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Plano Medio Largo 1

Es aquel en el que se "corta" a las personas a la altura de las rodillas y también se le conoce como Plano Americano

Plano Entero 3

Plano Entero 3

Hay ocasiones, como en la foto que se muestra, que la persona está integrada a otro elemnto y en la imagen se convierte en uno sólo, por lo que también debe tomarse en cuenta a la hora de tomar una fotografía

Plano Entero 2

Plano Entero 2

Como se puede apreciar en el ejemplo anterior, no importa la postura de la persona o el soporte (apaisado, acartelado o cuadrado) que se empleé, siempre y cuando aparezca la persona de cuerpo entero

Plano Entero 1

Plano Entero 1

Es aquel en el que las extremidades (superior e inferior) de las personas limitan con los bordes (superior e inferior) del  cuadro de la fotografía

Plano de Conjunto 3

Plano de Conjunto 3

De acuerdo con la distancia que existe entre el sujeto de la imagen y el plano focal, es que la proporción de la figura humana puede aumentar o disminuir. Lo importante es que quede clara la idea de un grupo

Plano de Conjunto 2

Plano de Conjunto 2

Es fácil apreciar por medio de este plano,  el conjunto de personas que se encuentran dentro de la fotografía cuentan algo y es posible detectar algunos rasgos. En otros, cuando la imgen está muy lejos, apenas se percibe el conjunto de personas determinadas

Plano de Conjunto 1

Plano de Conjunto 1

La características más importantes de este plano o escala, consiste en que a los personajes se les puede distinguir como un grupo de personas determinadas

Plano General 3

Plano General 3

Con este plano no importan tanto los detalles de la persona, sino el ambiente en el que se desenvuelve. Nos da un panorama general. Es muy recomendable para paisajes.

Plano General 2

Plano General 2

Como se puede observar, el plano general tienen como finalidad principal contextualizar el objetivo central de la fotografía

Plano General 1

Plano General 1

El plano general se caracteriza por que la figura humana, dentro del cuadro  de la fotografía, es muy pequeña

Métodos Comunes (Escolástica)

no De los principales métodos de la escolástica fue el uso de la lógica y el vocabulario filosófico de Aristóteles en la enseñanza, la demostración y la discusión. Otro importante método fue enseñar un texto por medio de un comentario de alguna autoridad aceptada. En filosofía, esa autoridad era atribuida de un modo casi mecánico y procedimental a Aristóteles. En teología, los textos principales eran la Biblia y el Sententiarum Libri Quatuor (Cuatro libros de Sentencias) del teólogo y prelado italiano del siglo XII Pedro Lombardo, una recopilación de las opiniones de los primeros Padres de la Iglesia sobre problemas de teología. Los primeros escolásticos empezaron asumiendo como ortodoxia intelectual el contenido de los textos que estaban comentando. Poco a poco, conforme la práctica de la lectura fue desarrollando su propio poder de crítica, introdujeron muchos comentarios suplementarios sobre algunos puntos que el propio texto no cubría o no había resuelto de forma adecuada. A partir del siglo XIII, esos comentarios suplementarios, que expresaban el pensamiento personal de los maestros, se convirtieron en la parte más amplia y trascendente de los textos, resultando así que la explicación literal del texto era reducida a un simple pasaje de cada exégesis.Junto con los comentarios contaba la técnica de discusión por medio del debate público. Cada profesor de una universidad medieval debía aparecer varias veces al año ante el cuerpo docente y los alumnos, reunidos en asamblea, en un debate para defender los puntos cruciales de sus propias enseñanzas frente a todo aquel que las pusiera en duda. Las ideas de la lógica aristotélica se empleaban tanto en la defensa como en el ataque. En el siglo XIII el debate público se convirtió en un instrumento educativo flexible para estimular, probar y comunicar el progreso del pensamiento en la filosofía y teología. Después de la mitad del siglo XIV, sin embargo, la vitalidad del debate público decayó y se convirtió en un rígido formalismo. Los participantes se sentían menos interesados en el contenido real que en pequeños puntos de la lógica y nimias sutilezas del pensamiento. Este tipo degradado de debate influyó mucho en dar una mala reputación a la escolástica durante el renacimiento y posteriormente; en consecuencia muchos pensadores modernos lo han considerado un mero mecanismo lógico pedante y artificial.

El Escolasticismo

Movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. Principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV, su ideal último fue integrar en un sistema ordenado tanto el saber natural de Grecia y Roma como el saber religioso del cristianismo. El término escolástica también se utiliza en un sentido más amplio para expresar el espíritu y métodos característicos de ese momento de la historia de la filosofía o cualquier otro espíritu o actitud similar hacia el saber encontrados en otras épocas. El término escolástica, que en su origen designaba a los maestros de las escuelas monásticas o catedralicias medievales, de las que surgieron las universidades, acabó por aplicarse a cualquiera que enseñara filosofía o teología en dichas escuelas o universidades.Características Principales. Los pensadores escolásticos sostuvieron una amplia variedad de ideas tanto en filosofía como en teología. Lo que da unidad a todo el movimiento escolástico son las metas comunes, las actitudes y los métodos aceptados de un modo general por todos sus miembros. La principal preocupación de los escolásticos no fue conocer nuevos hechos sino integrar el conocimiento ya adquirido de forma separada por el razonamiento griego y la revelación cristiana. Este interés es una de las diferencias más características entre la escolástica y el pensamiento moderno desde el renacimiento.El objetivo esencial de los escolásticos determinó algunas actitudes comunes, de las que la más importante fue su convicción de la armonía fundamental entre razón y revelación. Los escolásticos afirmaban que el mismo Dios era la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad era uno de Sus principales atributos. No podía contradecirse a Sí mismo en estos dos caminos de expresión. Cualquier oposición aparente entre revelación y razón podía deberse o a un uso incorrecto de la razón o a una errónea interpretación de las palabras de la revelación. Como los escolásticos creían que la revelación era la enseñanza directa de Dios, ésta tenía para ellos un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural. En los conflictos entre fe religiosa y razonamiento filosófico, la fe era siempre el árbitro supremo, la decisión de los teólogos prevalecía sobre la de los filósofos. Después de principios del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su campo propio. A pesar de todo, durante el periodo escolástico la filosofía estuvo al servicio de la teología, no sólo porque la verdad de la filosofía estaba subordinada a la de la teología, sino también porque los teólogos utilizaban la filosofía para comprender y explicar la revelación.Esta postura de la escolástica chocó con la llamada teoría de la doble verdad del filósofo y físico hispano-árabe Averroes. Su teoría mantenía que la verdad era accesible tanto a la teología como a la filosofía islámica pero que tan sólo la filosofía podía alcanzarla en su totalidad. Por lo tanto, las llamadas verdades de la teología servían, para la gente común, de expresiones imaginativas imperfectas de la verdad auténtica, sólo accesible por la filosofía. Averroes sostenía que la verdad filosófica podía incluso contradecir, al menos de una forma verbal, las enseñanzas de la teología islámica.Como resultado de su creencia en la armonía entre fe y razón, los escolásticos intentaron determinar el ámbito preciso y las competencias de cada una de estas facultades. Muchos de los primeros escolásticos, como el eclesiástico y filósofo italiano san Anselmo, no lo consiguieron y estuvieron convencidos de que la razón podía probar algunas doctrinas procedentes de la revelación divina. Más tarde, en el momento de esplendor de la escolástica, el teólogo y filósofo italiano santo Tomás de Aquino estableció un equilibrio entre razón y revelación. Sin embargo, los escolásticos posteriores a santo Tomás, empezando por el teólogo y filósofo escocés Duns Escoto, limitaron cada vez más el campo de las verdades capaces de ser probadas a través de la razón e insistieron en que muchas doctrinas anteriores que se pensaba habían sido probadas por la filosofía tenían que ser aceptadas sobre la base única de la fe. Una de las razones de esta limitación fue que los escolásticos aplicaron los requisitos para la demostración científica, recogidos al principio en el Organon de Aristóteles, de una manera mucho más rigurosa que lo había hecho cualquiera de los filósofos anteriores. Esos requisitos eran tan estrictos que el propio Aristóteles rara vez fue capaz de aplicarlos en detalle más allá del campo de las matemáticas. Esta tendencia desembocó de forma teórica en la pérdida de confianza en la razón natural humana y en la filosofía, como quedó caracterizada la primera época del renacimiento, y así lo asumieron los primeros reformadores religiosos protestantes, como Martín Lutero.Otra actitud común entre los escolásticos fue su sometimiento a las llamadas autoridades, tanto en filosofía como en teología. Esas autoridades eran los grandes maestros del pensamiento de Grecia y Roma y los primeros Padres de la Iglesia. Los escolásticos medievales se impusieron a sí mismos pensar y escribir mediante el estudio único e intensivo de los autores clásicos, a cuya cultura y saber atribuían certezas inmutables. Tras alcanzar su plena madurez de pensamiento y producir los primeros trabajos originales de filosofía, siguieron citando a las autoridades para dar peso a sus propias opiniones, aunque a estas últimas llegaban en muchos casos de manera independiente. Críticas posteriores concluyeron de esta práctica que los escolásticos eran meros compiladores o repetidores de sus maestros. En realidad, los escolásticos maduros, como santo Tomás de Aquino o Duns Escoto, fueron muy flexibles e independientes en su utilización de los textos de los clásicos; a menudo con el fin de armonizar los textos con sus propias posiciones, ofrecieron interpretaciones que eran difíciles de conciliar con las intenciones y motivos inspiradores en los clásicos. El recurso a la cita de los clásicos fue, en muchos casos, poco más que un ornamento estilístico para empezar o finalizar la exposición de las propias opiniones e intentaba demostrar que las ideas del exegeta eran continuidad del pasado y no simples novedades. Novedad y originalidad de pensamiento no eran perseguidos de forma deliberada por ninguno de los escolásticos sino más bien minimizadas lo más posible.Los escolásticos consideraron a Aristóteles la máxima autoridad filosófica, llamándole de modo habitual "el filósofo". El primer prelado y teólogo cristiano san Agustín fue su principal autoridad en teología, tan sólo subordinado a la Biblia y a los concilios oficiales de la Iglesia. Los escolásticos se adhirieron con mayor intensidad y sin ninguna crítica a las doctrinas emitidas por la jerarquía eclesial al admitir las opiniones de Aristóteles en materia de ciencias empíricas, como la física, la astronomía y la biología. Su aceptación sin crítica debilitó a la escolástica y fue una de las principales razones de su desdeñoso rechazo por parte de los investigadores y sabios del renacimiento e incluso de mucho tiempo después.

La Inspiración Cristiana

El pensamiento medieval está inspirado en gran medida por el cristianismo. En este sentido, parece oportuno hacer una alusión, aunque sea breve, al referente que constituye la Patrística. Por "período patrístico" se entiende el lapso de casi siete siglos comprendido entre la muerte del último de los Apóstoles de Jesucristo (acaecida hacia el año 100) y el comienzo de la Edad Media (hacia el 750). En ese tiempo histórico coexistieron los últimos brotes de la filosofía antigua (platonismo medio y neoplatonismo) y la primera andadura filosófica practicada por pensadores cristianos. La denominación del período ha tenido su origen en la historiografía cristiana, y se basa en el hecho de que muchos de los escritores cristianos de ese tiempo han recibido el título de Padres de la Iglesia. Estos primeros siete siglos de filosofía cristiana suelen dividirse en tres etapas:1ª. Desde comienzos del siglo II hasta el Concilio de Nicea (325). Destacan: Justino, Tertuliano, San Ireneo de Lyon, Clemente de Alejandría y Orígenes.2ª. Desde Nicea al derrumbamiento del Imperio Romano de Occidente (476). Constituye su etapa de máximo esplendor y destacan figuras tales como: San Basilio, Gregorio Nazianceno, San Gregorio de Nisa, San Ambrosio de Milán, San Jerónimo y San Agustín (354-430). 3ª Desde comienzos del siglo VI hasta mediados del siglo VIII: Esta última etapa constituye, en el Occidente europeo, la transición a la Edad Media. Pseudo-Dionisio Areopagita, Boecio, Casiodoro y San Isidoro de Sevilla son los autores más representativos.Padres de la Iglesia. Nombre dado por la Iglesia católica a los autores que establecieron la doctrina cristiana antes del siglo VIII. Los escritos de los Padres, o literatura Patrística, sintetizaron la doctrina cristiana tal y como se encuentra en la Biblia, especialmente en el Evangelio, los escritos de los Padres Apostólicos, las máximas eclesiásticas y las decisiones de los concilios de la Iglesia. Facilitaron un conjunto doctrinal articulado de la enseñanza cristiana para su transmisión por todos los rincones del Imperio romano.Hay que tomar en cuenta que al principio la Iglesia no quería saber nada de la filosofía, ya que estaban bajo la impresión de la nueva vivencia de su fe. Gracias a San Agustín, se puso un sí positivo a la filosofía. Nosotros queremos dice San Agustín, hablar no solo con la autoridad de las sagradas escrituras, sino también basados en la universal razón humana (Ratio: relación entre dos cantidades). Si los filósofos han dicho algo que exacto ¿por qué no lo hemos de aceptar?, al fin de cuentas puede incluso servir para razonar la fe y para comprenderla mejor.En el siglo IV, la Patrística alcanza su plena madurez. Es el momento en que los herejías han alcanzado su mayor agudeza y el gran movimiento maniqueo, que se extiende de oriente a occidente, amenazan a la Iglesia. Por otra parte el pensamiento cristiano ha adquirido profundidad y claridad, y al mismo tiempo vigencia social en el Imperio Romano. El mundo antiguo esta en su última etapa. Los bárbaros están llamando desde hace tiempo a todas las puestas del Imperio; a lo largo de sus fronteras se hace sentir la presencia de los pueblos germánicos, que se van infiltrando lentamente, antes de realizar la gran irrupción del siglo V. Y sobre todo el paganismo ha dejado de existir; la cultura romana se agota en el comentario y sigue nutriéndose, al cabo de los siglos de una filosofía la griega que no es capaz de renovar. En este momento aparece San Agustín, la plenitud de la Patrística, que resume en su personalidad inmensa el mundo antiguo, al que todavía pertenece, y la época moderna, que anuncia, y cuyo punto de arranque es él mismo. En la obra agustiniana se cifra este paso decisivo de un mundo a otro.San Agustín (354 – 430). Es una de las figuras más emblemáticas de su tiempo, del cristianismo y de la filosofía. Su personalidad tan original y abundante deja una huella profunda en todas las cosas donde pone su mano. La filosofía y la teología medievales, es decir, lo que se ha llamado la Escolástica, toda la dogmática cristiana, disciplinas enteras como la filosofía del espíritu y la filosofía de la historia, ostentan la marca inconfundible que les imprimió. Más aun: el espíritu cristiano y el de la modernidad están influidos decisivamente por San Agustín; y tanto la Reforma como la Contrarreforma han recurrido de un modo especial a las fuentes agustinianas. a. Verdad b. DiosTesis filosóficas de San Agustín: c. Creación.d. Alma.e. El Bien.f. La Ciudad de Dios. Verdad: en encendidas controversias con los escépticos hizo triunfar San Agustín la posibilidad de conocer la verdad. Los escépticos dicen "no existe la verdad; de todo se puede dudar"; a lo que San Agustín replica "se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no se puede dudar es de la misma duda". Existe pues la verdad con lo cual queda refutado el escepticismo. San Agustín busca el prototipo de la verdad en las verdades matemáticas, cuando dice, por ejemplo, que la proposición 7+3=10, es una proposición de vigencia universal para cualquiera que tenga razón. Aquí donde se ve que 7+3 tiene que ser igual a 10, halla San Agustín lo que también en otros casos debe ser verdad para todo espíritu racional, a saber, las reglas, ideas y normas conforme a las cuales registramos y leemos lo sensible y al mismo tiempo lo estimamos y rectificamos. Estas reglas son algo apriorístico, en lo cual el hombre, frente al mundo y su experiencia, se demuestra superior, libre y autónomo. Dios: el mismo San Agustín que busca la verdad en el interior del hombre, dice a la vez con no menor énfasis: Dios es la verdad. San Agustín se eleva de lo verdadero singular a la verdad una gracias a la que todo lo verdadero es verdadero para tener participación en ella. Considera esta ascensión como prueba de que existe Dios y el mismo tiempo de lo que Dios mismo es: el todo de lo verdadero, el ser bueno de todo lo bueno, el ser de todo ser. Así Dios es todo, pero a la vez no es nada de todo, pues sobre puja a todo, ninguna categoría se le puede aplicar. Creación: este concepto no es filosófico sino teológico. Por tanto, cuando San Agustín trata de pensarlo, se le ofrecen inmediatamente dificultades filosóficas. En este caso, habría que admitir también en Dios lo mutable. Por otra parte, la creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios, y no es por tanto, una procesión necesaria, como con frecuencia sé repitió contra la teoría de la emanación. San Agustín deja por fin la cuestión en suspenso. Ve que no se puede resolver con nuestros conceptos espaciales y temporales. Alma: lo que San Agustín escribe sobre el alma, su fina intuición, su arte de ver y dominar las cosas, su penetrante análisis y otras diversas cualidades lo revelan como sicólogo de primer orden. El alma tenía para él especial interés. "A Dios y al alma deseo conocer". El alma tiene un efecto el primado frente al cuerpo. Cierto que San Agustín no es ya pesimista acerca del cuerpo: el espíritu del cristianismo y su doctrina de la creación no lo permiten. No obstante, para San Agustín el hombre es propiamente el alma. Y así, seguirá pensándose, aun después de que en la alta edad media prospere la formula aristotélica de la unidad del cuerpo y el alma. El Bien: cuando San Agustín habla en lenguaje religioso, el bien no es para él otra cosa más que la voluntad de Dios. Pero cuando trata de descubrir los fundamentos más profundos, dice: "El bien se da con la ley eterna". Son las ideas eternas en la mente de Dios que, como para los platónicos, también aquí constituyen el fundamento de conocer, del ser y del bien. Son un orden eterno. No solo el hombre es bueno, también los seres son buenos y el conocimiento es verdadero, con tal que se orienten conforme a este orden eterno. La Ciudad de Dios: siempre tendrá lugar en la historia del mundo la lucha entre la luz y las tinieblas, entre lo eterno y lo temporal, entre lo supra sensible y lo sensible, entre lo devino y lo antidivino. En su gran obra la Ciudad de Dios San Agustín, muestra cómo los poderes del bien tienen que luchar constantemente con los poderes del mal. Su sentido definitivo es el triunfo del bien sobre el mal.

La patrística cristiana

La patrística intenta construir una síntesis filosófica entre religión y filosofía. Los primeros son los padres griegos de Oriente. Reinterpretan la filosofía de Plotino de la siguiente manera: El Uno, la fuente de todo conocer y de todo ser. Es Dios, el ser supremo, omnipotente y omnisciente.El Nous es el intelecto de Dios con sus ideas conforme a las cuales Dios crea el mundo y provee lo necesario para sus criaturas.El Ser. Es aquí el Verbo, el Logos, luego, el Hijo, Jesucristo.El Alma. Son Jesucristo y el Espíritu Santo. Alma del mundo puesto que ilumina el caos y el mal del mundo.La materia (hyle). Es el cuerpo, lo inferior. En ella reside el pecado, lo malo. Sin embargo, el cuerpo recibe con el cristianismo una consideración positiva por la esperanza de la resurrección.La emanación se hace corresponder con la creación, pero mientras la emanación es un progreso de coexistencia eterna, la creación tiene un comienzo en el tiempo.Retorno, equivale a la resurrección, la vuelta a Dios después de la muerte. El alma y el cuerpo del cristiano que no está en pecado vuelve a Dios, su origen y su fin.Los padres griegos son Justino, Clemente, Orígenes, Gregorio de Nisa, San Gregorio Nacianceno y Juan Damasceno.La patrística latina es menos especulativa e insiste más en la fe religiosa.Tertuliano, S. Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín.PeriodosCon el nombre de "Filosofía Medieval" se designa el período de la historia de la filosofía que abarca desde el siglo VIII hasta el siglo XIV. Ciertamente, estos límites temporales son un tanto convencionales. Por un lado, como muchos de los temas de la filosofía medieval proceden de san Agustín, a veces el inicio del citado período se ha puesto en el siglo V. Por otra parte, puesto que después del siglo XIV persisten no pocas formas y temas medievales en filosofía, en algunas ocasiones se ha extendido dicho período hasta abarcar los siglos XV y XVI. Sin embargo, dichas ampliaciones en la extensión del período medieval parecen excesivas si tenemos en cuenta que los siglos inmediatamente anteriores al IX pueden designarse más propiamente como los de la Patrística; mientras que los siglos inmediatamente posteriores al XIV se consideran como pertenecientes a la filosofía del Renacimiento. Los siglos VIII y IX señalan la concentración de las fuerzas sobrevivientes de la cultura en los grandes imperios de Occidente: el imperio árabe y el imperio carolingio. Los dos hicieron posible un renacimiento cultural. Así pues, a efectos de periodización histórica y fijándonos sobre todo en la Historia de la Filosofía, la Edad Media comenzó cuando se agotaron los rebrotes del espíritu romano en el contexto germánico, y se inauguró una forma de filosofar original y nueva.

Este hecho se produjo primeramente en Francia, con ocasión del renacimiento carolingio propiciado por Carlomagno (768-814), y pasó posteriormente al resto de la Europa Occidental. En lo que se refiere a su final, para unos la Edad media terminó con la invención de la imprenta (1443), o con la conquista de Constantinopla por los turcos otomanos (1453), o con el descubrimiento de América (1492), o incluso más tarde con el V Concilio de Letrán, previo a la crisis luterana (1517). No obstante, los historiadores de la Filosofía adelantan el comienzo de la Edad Moderna a los años finales del siglo XIV, en que se aprecian los primeros signos del Renacimiento, o a los primeros del siglo XV, en que concluyó el Cisma de Occidente.

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